sábado, 12 de mayo de 2012

Borrador 2 Bloque I


¿Qué es literatura infantil?

La intención principal que va a estar presente en el proceso de elaboración de estas argumentaciones personales, son que éstas sean útiles, tanto para los que la lean, como para mi formación profesional.

Con estos escritos intentaré que a través de mi experiencia como alumna universitaria, pueda adquirir los conocimientos teóricos y la base para su aplicación práctica en un futuro no muy lejano.

El primer tema a tratar está relacionado con los libros de literatura infantil de autor. El objetivo de este bloque será aprender a analizar y a seleccionar aquellos libros que son considerados apropiados para los niños de infantil.

Para comenzar a estudiar este tema, es necesario empezar por conocer qué es la literatura infantil, para una mayor entendimiento vamos a ver los dos conceptos por separado.

La palabra literatura proviene del término latino litterae, que hace referencia al conjunto de saberes para escribir y leer bien. El concepto está relacionado con el arte de la gramática, la retórica y la poética.

La palabra "arte" veremos que aparece en muchas definiciones y que se trata de un concepto esencial para hablar de literatura.

La Real Academia Española define literatura como "Arte de la palabra escrita". Esta definición nos lleva a excluir a todas las obras que se transmitían de forma oral y no es hasta finales del siglo XIX principios del siglo XX cuando se vería esta definición eliminando la palabra "escrita". 

Consecutivamente se decide agrupar las obras literarias en tres grupos. Los géneros épico, lírico y dramático se convierten en verso, prosa y teatro.

La mayoría de los libros están escritos en prosa; en cuanto al teatro, no existe dicho género en la literatura infantil (ya que se necesarias varias personas para hacer esto); pero sí para representar en niños de infantil (sí hay libros para adultos para representar a niños). Con lo que respecta a la poesía, existe una poesía lírica, la cual expresa los sentimientos (pero no los de los niños, sino los sentimientos de los padres, por lo que no despertaba el interés de los niños) y otra poesía épica, que narra historias de héroes y dioses.

Sin duda hay que hablar de una gran autora, Gloria Fuertes. Ella marcó un antes y un después en la Literatura Infantil, buscó una poesía que se escribiera pensando en lo que interesa verdaderamente al niño e introduciendo el tema del absurdo, siempre estando presente el humor. Sus lobros más significativos son los siguientes: "Poesías para todos los días";  "Versos fritos"; "Gloria Fuertes os cuenta cuentos de animales"; "¿Qué será, será? Preguntas y respuestas"; "Poesías, rimas y disparates"; "Pienso mesa y digo silla"; etc.

Hay que resaltar que no todo texto es literario, independientemente de lo bien escrito o estructurado que esté, hay una serie de características fundamentales como, por ejemplo, el uso de las funciones expresiva (que recae sobre el emisor) o poética (que recae sobre el mensaje) del lenguaje; todos los textos literarios son textos de ficción , las historias no son reales, por lo que no quiere decir que no puedan ser realistas.

Una vez aclarado este punto en el conocimiento del concepto de literatura, es importante para seguir avanzando aclarar los conceptos de paraliteratura y subliteratura.

Paraliteratura: La paraliteratura no tiene intención artística a diferencia de la literatura; puede pertenecer a los tres géneros a los que está sujeta la literatura; no es ficción; utiliza la función poética y/o la expresiva.

Sublitaratura: su intención artística se encuentra subordinada en la económica, está hecha para ser consumida. Sin embargo tiene varios elementos en común con la literatura: ambos son ficción; podemos encontrar en ellos los tres géneros literarios; podemos identificar la función poética con la expresiva.

Ya aclarado estas diferencias podemos centrarnos en la literatura infantil.

La literatura infantil puede estar dentro de la paraitaratura como de la subliteratura.

Para profundizar más en literatura infantil debemos conocer sus diferentes características. Éstas deben estar adecuadas al pensamiento de los niños y debe ser asequible en cuanto a su vocabulario, formato y forma. Por lo que, resumidamente, debe atender a sus gustos, necesidades y momento evolutivo.

La temática, debe ser temas interesantes para los niños y adecuado a su edad. Temas con los que se identifiquen y comprendan.

El lenguaje y estilo. Éste debe ser adecuado, destinado al momento evolutivo y lingüístico del niño, sencillo pero no por ello simple. El lenguaje debe ser artístico en la medida a la edad destinada. No por ello debemos privarles de ese placer. El estilo suele no ser muy recargado y retórico, por el contrario suele ser muy ágil, dinámico y bastante depurado.

La estructura, en términos generales, como hemos repetido, debe ser acorde a su edad. Existe dos estructuras, la lineal y la acumulativa. La estructura más común suele ser lineal, esto es, planteamiento, nudo y desenlace; aunque hay que destacar que la evolución literaria ha llevado a temas mucho más complejos. También se utiliza la estructura circular, ésta tiene de peculiar que el punto en el que acaba es el inicio y viceversa. Podemos poner como ejemplo el libro infantil "Un bicho extraño". La estructura acumulativa hace referencia al nudo de la historia, como su nombre indica, es en éste donde se desarrolla todo el cuanto, se acumulan repetidamente los acontecimientos sin salirse de ese momento. Libros como " Adivina cuanto te quiero" o " Ana quiere un perro" son ejemplos de estructuras de libros acumulativos.

El tiempo y el espacio generalmente son inmanentes o arquetipales, establecidos mediante referentes tales como "Había una vez...", "En un lugar muy lejano...", "Hace mucho tiempo...", entre otros.

Las imágenes. Estas se pusieron muy de moda en los años 90 con los álbumes de imágenes.  Aquí debemos de tener encuentra la posibilidad de ofrecerles a los niños cuanta más variedad de imágenes mejor.

Los personajes deben ser adecuados y reconocibles a la edad de los niños, es decir, personajes que caractericen roles de su vida cotidiana como mamá, papá, hermanos, abuelos, etc. Estos se pueden representar en forma de personas, animales, incluso como objetos. Contamos con la suerte de la característica principal de los niños, el animismo, la capacidad de concebir las cosas como si tuvieran vida.

Durante el siglo XX la evolución de los personajes en España cambio significativamente. Desde el niño bueno incapaz de hacer las cosas por sí mismo, a un niño autónomo con personalidad suficiente para poder afrontar cualquier situación que se plantee.

Los protagonistas, como ya hemos dicho, deben ser reconocibles y reflejar el momento evolutivo del niño. Como bien defiende Mercedes Gómez del Manzano en su libro "El protagonista niño y el niño lector en la literatura del siglo XX", los personajes deben de ser reconocibles y el protagonista, si es un niño, tiene que tener las mismas características de los niños a los que va dirigido. Este libro dio una vuelta al concepto de personajes. En él aparece la evolución de los personajes y se define al protagonista infantil de tal manera que el niño lector se pueda identificar con él.

El formato y la edición. Como ya hemos recalcado, debe ser adecuado a la edad destinada. El libro tiene que ser de fácil manejo, páginas grandes y gruesas para su buen uso, así como atractivo, colores variados y texturas llamativas.

Para finalizar con estas características hay que destacar que todo libro tiene un final, este debe ser siempre positivo. Se puede comenzar la historia con algo negativo, un problema y acabar con una solución, un final feliz; o comenzar con un principio positivo y finalizarlo igual. Mercedes Gómez del Manzano también habla de los valores actuales. Comenta que la literatura infantil actual ya no busca los valores, sino la felicidad del niño. Algo mucho más humano e importante.

Con todo esto, podemos concluir diciendo que todo libro que contenga estas características será muy apropiado y recomendable su uso para nuestros niños de infantil.

Para concretar aún más sobre las características de los cuantos según la edad y la etapa del desarrollo del niño, vamos a dividirlos por años.

De 0 a 2 años: hay que tener en cuenta que, con esta corta edad, no leen. Exploran el mundo a través de los sentidos y aprenden gracias a las vivencias concretas con la realidad. Los cuentos que mejor asimilan con esta edad son aquellos que suministran experiencias auditivas y visuales, los que lo invitan a participar activamente con el movimiento físico de quien narra y quien escucha, aquellos cuentos con ritmo y rima, aquellos que incluyan repeticiones, sonidos interesantes, etc. Ejemplos de ellos son las nanas, los cuentos con juegos de manos y la manipulación del cuerpo, álbumes de imágenes (más abajo los desarrollaré), cuentos sin textos, etc.

De 2 a 5 años: esta etapa cobra mayor importancia, pues es una etapa de prelectura donde el niño comienza a desarrollar el lenguaje oral, empieza a desarrollar su capacidad de narración, etc. En esta etapa es donde el niño entra en la etapa de representación preoperatoria, donde el niño comienza a construir símbolos, tiene una inclinación por la interpretación “mágica” de la realidad, donde empieza a construir sus conceptos a través de la manipulación directa, donde aumenta de forma vertiginosa su vocabulario; se trata de una etapa donde el niño es egocéntrico en cuanto a su interpretación de la realidad. Les interesan cuentos que introduzcan conceptos simples de forma, color, tamaño, cuentos que le permitan identificar objetos, cuyo eje sea un niño como él, con una trama acumulativa y algo más compleja. Ejemplos de ellos son libros de folclore sencillo, cuentos simples y repetitivos, libros ilustrados, libros de láminas con historia, etc.

Por último, de 5 a 7 años: en esta etapa ya los niños poseen una lectura comprensiva donde se usan textos cortos con una lectura silábica y por palabras. Se encuentran en una etapa intuitiva donde el niño experimenta terrores personales normales, desarrolla el concepto de identidad individual y su autoestima, donde tiene una vida imaginativa rica y abundante que le ayuda a entender lo real, donde ha desarrollado el concepto básico de la narración y la observación, y donde tiene un concepto de moralidad absoluto. En esta etapa, los libros que más les interesan son aquellos que le permitan al niño trabajar sus propios temores, cuentos que le hablen de la importancia del individuo, aquellos que le presenten finales felices y justos y que le permitan desarrollar su capacidad para percibir detalles. Ejemplos de esto son cuentos clásicos europeos o cuentos de animales, fantasía o de hadas.

Como ha mencionado arriba, voy a comentar los álbumes de imágenes o álbumes ilustrados de literatura infantil.

Este tipo de libro combina la escritura con la imagen, dos lenguajes que se interrelacionan para resolver un texto ya sea narrativo o poético. Este género va más allá de la noción didáctica dirigida a niños o a jóvenes lectores y rompe con las limitaciones que se ejercen sobre los autores e ilustradores en su creación.



Éste destaca la función estética, la interrelación de la imagen con la grafía y la rica posibilidad del libro objeto; le exige al lector vincular todo a través de la imaginación y de la interpretación de los elementos que lo conforman para comprender lo que se dice. Esto solicita una lectura compleja.



Con la llegada de este género, que surgió a mitad del siglo XX pero hasta finales de éste no se produjo su "boom", se crearon nuevos formatos de lectura y, por ello, los libros que parecían limitados a un público lector infantil o juvenil pueden dirigirse a lectores de otras edades.

Todos conocemos el dicho de "más vale una imagen que mil palabras". La imagen es inmediata, llega antes que la palabra. El álbum ilustrado capta al niño, le muestra imágenes que no está acostumbrado a ver. La palabra no le aporta tantos conocimientos , sobre todo a edades tempranas, que los dibujos.



A continuación vamos a mencionar a una serie de ilustradores que nos han parecido muy apropiados sus álbumes, estos son, por ejemplo, Eve Bunting y LeUyen Pham con "Abuelo tejón, ¿tú sabes hacerlo?"; Marcus Pfister con "A la cama, Hipo", Janell Canon con "Alatorcida"; Jacques Duquennoy con "Camila lo ve todo de color de rosa"; David McKee con "Elmer"; Isabelle Carrier y Elsa Valentín con "Detrás del muro"; y mi preferido, Isabelle Carrier con "El Cazo de Lorenzo".

Según las editoriales el límite de edad para la literatura infantil son los 13-14 años. Esta delimitación es una guía ya que, sabemos bien, cada individuo tiene un desarrollo diferente. Esta delimitación fue introducida en España a través de la colección libros "El barco de vapor".

No es hasta finales del siglo XVIII cuando se contempla el término Literatura infantil. Es en esta época cuando se empieza a abrir escuelas con el fin de introducir a los niños en la lectura y es a raíz de esto que se empieza a proteger a los niños, a tener especialmente cuidado con los temas que llegan hasta ellos (violencia, sexo, etc.).

A principios del siglo XIX algunos autores como los Dumas comienzan a desarrollar literatura que interesa a los jóvenes. La intención de éstos no era llegar a este tipo de público y no es hasta principios del siglo XX cuando aparece el primer autor de literatura juvenil, Julio Verne que escribía para jóvenes pues consideraba que estos tenían mucha imaginación.

La literatura para niños más pequeños no comenzó hasta el siglo XX con un claro carácter didáctico y moralizante, sin ningún rastro de intencionalidad lúdica. Hay que esperar hasta los años 60 para ver como se deja a un lado lo didáctico y moralizante  para dar paso al entretenimiento. Es en los años 90 cuando se comienza a crear literatura para las edades comprendidas entre los 0 y los 6 años con carácter lúdico.





Webgrafía y enlaces de interés

Cuadro de referencia de las características de los libros según las edades y el momento evolutivo del niño. "Luvit- Apuntes de Irune".







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