¿Qué
es literatura infantil?
La intención principal que
va a estar presente en el proceso de elaboración de estas argumentaciones
personales, son que éstas sean útiles, tanto para los que la lean, como para mi
formación profesional.
Con estos escritos intentaré
que a través de mi experiencia como alumna universitaria, pueda adquirir los
conocimientos teóricos y la base para su aplicación práctica en un futuro no
muy lejano.
El primer tema a tratar está
relacionado con los libros de literatura infantil de autor. El objetivo de este
bloque será aprender a analizar y a seleccionar aquellos libros que son
considerados apropiados para los niños de infantil.
Para comenzar a estudiar
este tema, es necesario empezar por conocer qué es la literatura infantil, para
una mayor entendimiento vamos a ver los dos conceptos por separado.
La palabra literatura
proviene del término latino litterae, que hace referencia al conjunto de
saberes para escribir y leer bien. El concepto está relacionado con el arte de
la gramática, la retórica y la poética.
La palabra "arte"
veremos que aparece en muchas definiciones y que se trata de un concepto
esencial para hablar de literatura.
La Real Academia Española
define literatura como "Arte de la palabra escrita". Esta definición
nos lleva a excluir a todas las obras que se transmitían de forma oral y no es
hasta finales del siglo XIX principios del siglo XX cuando se vería esta definición
eliminando la palabra "escrita".
Consecutivamente se decide
agrupar las obras literarias en tres grupos. Los géneros épico, lírico y
dramático se convierten en verso, prosa y teatro.
La mayoría de los libros
están escritos en prosa; en cuanto al teatro, no existe dicho
género en la literatura infantil (ya que se necesarias varias personas para
hacer esto); pero sí para representar en niños de infantil (sí hay libros para
adultos para representar a niños). Con lo que respecta a la poesía, existe una
poesía lírica, la cual expresa los sentimientos (pero no los de los niños, sino
los sentimientos de los padres, por lo que no despertaba el interés de los
niños) y otra poesía épica, que narra historias de héroes y dioses.
Sin duda hay que hablar de
una gran autora, Gloria Fuertes. Ella marcó un antes y un después en la
Literatura Infantil, buscó una poesía que se escribiera pensando en lo que
interesa verdaderamente al niño e introduciendo el tema del absurdo, siempre
estando presente el humor. Sus lobros más significativos son los siguientes:
"Poesías para todos los días"; "Versos fritos"; "Gloria
Fuertes os cuenta cuentos de animales"; "¿Qué será, será? Preguntas y
respuestas"; "Poesías, rimas y disparates"; "Pienso mesa y
digo silla"; etc.
Hay que resaltar que no todo
texto es literario, independientemente de lo bien escrito o estructurado que
esté, hay una serie de características fundamentales como, por ejemplo, el uso
de las funciones expresiva (que recae sobre el emisor) o poética (que recae
sobre el mensaje) del lenguaje; todos los textos literarios son textos de
ficción , las historias no son reales, por lo que no quiere decir que no puedan
ser realistas.
Una vez aclarado este punto
en el conocimiento del concepto de literatura, es importante para seguir
avanzando aclarar los conceptos de paraliteratura y subliteratura.
Paraliteratura: La
paraliteratura no tiene intención artística a diferencia de la literatura;
puede pertenecer a los tres géneros a los que está sujeta la literatura; no es
ficción; utiliza la función poética y/o la expresiva.
Sublitaratura: su intención
artística se encuentra subordinada en la económica, está hecha para ser
consumida. Sin embargo tiene varios elementos en común con la literatura: ambos
son ficción; podemos encontrar en ellos los tres géneros literarios; podemos
identificar la función poética con la expresiva.
Ya aclarado estas
diferencias podemos centrarnos en la literatura infantil.
La literatura infantil puede
estar dentro de la paraitaratura como de la subliteratura.
Para profundizar más en literatura
infantil debemos conocer sus diferentes características. Éstas deben estar
adecuadas al pensamiento de los niños y debe ser asequible en cuanto a su
vocabulario, formato y forma. Por lo que, resumidamente, debe atender a sus
gustos, necesidades y momento evolutivo.
La temática, debe ser temas interesantes
para los niños y adecuado a su edad. Temas con los que se identifiquen y
comprendan.
El lenguaje y estilo. Éste
debe ser adecuado, destinado al momento evolutivo y lingüístico del niño,
sencillo pero no por ello simple. El lenguaje debe ser artístico en la medida a
la edad destinada. No por ello debemos privarles de ese placer. El estilo suele
no ser muy recargado y retórico, por el contrario suele ser muy ágil, dinámico
y bastante depurado.
La estructura, en términos generales,
como hemos repetido, debe ser acorde a su edad. Existe dos estructuras, la
lineal y la acumulativa. La estructura más común suele ser lineal, esto es, planteamiento,
nudo y desenlace; aunque hay que destacar que la evolución literaria ha llevado
a temas mucho más complejos. También se utiliza la estructura circular, ésta
tiene de peculiar que el punto en el que acaba es el inicio y viceversa.
Podemos poner como ejemplo el libro infantil "Un bicho extraño". La
estructura acumulativa hace referencia al nudo de la historia, como su nombre
indica, es en éste donde se desarrolla todo el cuanto, se acumulan
repetidamente los acontecimientos sin salirse de ese momento. Libros como
" Adivina cuanto te quiero" o " Ana quiere un perro" son
ejemplos de estructuras de libros acumulativos.
El tiempo y el espacio generalmente
son inmanentes o arquetipales, establecidos mediante referentes tales como
"Había una vez...", "En un lugar muy lejano...", "Hace
mucho tiempo...", entre otros.
Las imágenes. Estas se
pusieron muy de moda en los años 90 con los álbumes de imágenes. Aquí debemos de tener encuentra la
posibilidad de ofrecerles a los niños cuanta más variedad de imágenes mejor.
Los personajes deben ser
adecuados y reconocibles a la edad de los niños, es decir, personajes que caractericen
roles de su vida cotidiana como mamá, papá, hermanos, abuelos, etc. Estos se
pueden representar en forma de personas, animales, incluso como objetos. Contamos
con la suerte de la característica principal de los niños, el animismo, la
capacidad de concebir las cosas como si tuvieran vida.
Durante el siglo XX la evolución
de los personajes en España cambio significativamente. Desde el niño bueno
incapaz de hacer las cosas por sí mismo, a un niño autónomo con personalidad
suficiente para poder afrontar cualquier situación que se plantee.
Los
protagonistas, como ya hemos dicho, deben ser reconocibles y reflejar el
momento evolutivo del niño. Como bien defiende Mercedes Gómez del Manzano en su
libro "El protagonista niño y el niño lector en la literatura del siglo
XX", los personajes deben de ser reconocibles y el protagonista, si es un
niño, tiene que tener las mismas características de los niños a los que va
dirigido. Este libro dio una vuelta al concepto de
personajes. En él aparece la evolución de los personajes y se define al
protagonista infantil de tal manera que el niño lector se pueda identificar con
él.
El formato y la edición.
Como ya hemos recalcado, debe ser adecuado a la edad destinada. El libro tiene
que ser de fácil manejo, páginas grandes y gruesas para su buen uso, así como
atractivo, colores variados y texturas llamativas.
Para finalizar con estas características
hay que destacar que todo libro tiene un final, este debe ser siempre positivo.
Se puede comenzar la historia con algo negativo, un problema y acabar con una solución,
un final feliz; o comenzar con un principio positivo y finalizarlo igual.
Mercedes Gómez del Manzano también habla de los valores actuales. Comenta que
la literatura infantil actual ya no busca los valores, sino la felicidad del
niño. Algo mucho más humano e importante.
Con todo esto, podemos
concluir diciendo que todo libro que contenga estas características será muy
apropiado y recomendable su uso para nuestros niños de infantil.
Para concretar aún más sobre
las características de los cuantos según la edad y la etapa del
desarrollo del niño, vamos a dividirlos por años.
De 0 a 2 años: hay que tener
en cuenta que, con esta corta edad, no leen. Exploran el mundo a través de los
sentidos y aprenden gracias a las vivencias concretas con la realidad. Los
cuentos que mejor asimilan con esta edad son aquellos que suministran
experiencias auditivas y visuales, los que lo invitan a participar activamente
con el movimiento físico de quien narra y quien escucha, aquellos cuentos con
ritmo y rima, aquellos que incluyan repeticiones, sonidos interesantes, etc.
Ejemplos de ellos son las nanas, los cuentos con juegos de manos y la
manipulación del cuerpo, álbumes de imágenes (más abajo los desarrollaré), cuentos
sin textos, etc.
De 2 a 5 años: esta etapa
cobra mayor importancia, pues es una etapa de prelectura donde el niño comienza
a desarrollar el lenguaje oral, empieza a desarrollar su capacidad de narración,
etc. En esta etapa es donde el niño entra en la etapa de representación
preoperatoria, donde el niño comienza a construir símbolos, tiene una
inclinación por la interpretación “mágica” de la realidad, donde empieza a
construir sus conceptos a través de la manipulación directa, donde aumenta de
forma vertiginosa su vocabulario; se trata de una etapa donde el niño es
egocéntrico en cuanto a su interpretación de la realidad. Les interesan cuentos
que introduzcan conceptos simples de forma, color, tamaño, cuentos que le
permitan identificar objetos, cuyo eje sea un niño como él, con una trama
acumulativa y algo más compleja. Ejemplos de ellos son libros de folclore
sencillo, cuentos simples y repetitivos, libros ilustrados, libros de láminas
con historia, etc.
Por último, de 5 a 7 años:
en esta etapa ya los niños poseen una lectura comprensiva donde se usan textos
cortos con una lectura silábica y por palabras. Se encuentran en una etapa
intuitiva donde el niño experimenta terrores personales normales, desarrolla el
concepto de identidad individual y su autoestima, donde tiene una vida
imaginativa rica y abundante que le ayuda a entender lo real, donde ha
desarrollado el concepto básico de la narración y la observación, y donde tiene
un concepto de moralidad absoluto. En esta etapa, los libros que más les
interesan son aquellos que le permitan al niño trabajar sus propios temores,
cuentos que le hablen de la importancia del individuo, aquellos que le
presenten finales felices y justos y que le permitan desarrollar su capacidad
para percibir detalles. Ejemplos de esto son cuentos clásicos europeos o
cuentos de animales, fantasía o de hadas.
Como ha mencionado arriba,
voy a comentar los álbumes de imágenes o álbumes ilustrados de literatura
infantil.
Este tipo de libro combina la escritura con la imagen, dos lenguajes que se
interrelacionan para resolver un texto ya sea narrativo o poético. Este género
va más allá de la noción didáctica dirigida a niños o a jóvenes lectores y
rompe con las limitaciones que se ejercen sobre los autores e ilustradores en
su creación.
Éste destaca la función estética, la interrelación de la imagen con la
grafía y la rica posibilidad del libro objeto; le exige al lector vincular todo
a través de la imaginación y de la interpretación de los elementos que lo
conforman para comprender lo que se dice. Esto solicita una lectura compleja.
Con la llegada de este
género, que surgió a mitad del siglo XX pero hasta finales de éste no se
produjo su "boom", se crearon nuevos formatos de lectura y, por ello,
los libros que parecían limitados a un público lector infantil o juvenil pueden
dirigirse a lectores de otras edades.
Todos conocemos el dicho
de "más vale una imagen que mil palabras". La imagen es inmediata,
llega antes que la palabra. El álbum ilustrado capta al niño, le muestra
imágenes que no está acostumbrado a ver. La palabra no le aporta tantos
conocimientos , sobre todo a edades tempranas, que los dibujos.
A continuación vamos a
mencionar a una serie de ilustradores que nos han parecido muy apropiados sus
álbumes, estos son, por ejemplo, Eve Bunting y LeUyen Pham con "Abuelo tejón,
¿tú sabes hacerlo?"; Marcus Pfister con "A la cama, Hipo", Janell
Canon con "Alatorcida"; Jacques Duquennoy con "Camila lo ve todo
de color de rosa"; David McKee con "Elmer"; Isabelle Carrier y
Elsa Valentín con "Detrás del muro"; y mi preferido, Isabelle Carrier
con "El Cazo de Lorenzo".
Según las editoriales el
límite de edad para la literatura infantil son los 13-14 años. Esta
delimitación es una guía ya que, sabemos bien, cada individuo tiene un
desarrollo diferente. Esta delimitación fue introducida en España a través de
la colección libros "El barco de vapor".
No es hasta finales del
siglo XVIII cuando se contempla el término Literatura infantil. Es en esta
época cuando se empieza a abrir escuelas con el fin de introducir a los niños
en la lectura y es a raíz de esto que se empieza a proteger a los niños, a
tener especialmente cuidado con los temas que llegan hasta ellos (violencia,
sexo, etc.).
A principios del siglo XIX
algunos autores como los Dumas comienzan a desarrollar literatura que interesa
a los jóvenes. La intención de éstos no era llegar a este tipo de público y no
es hasta principios del siglo XX cuando aparece el primer autor de literatura juvenil,
Julio Verne que escribía para jóvenes pues consideraba que estos tenían mucha imaginación.
La literatura para niños más
pequeños no comenzó hasta el siglo XX con un claro carácter didáctico y
moralizante, sin ningún rastro de intencionalidad lúdica. Hay que esperar hasta
los años 60 para ver como se deja a un lado lo didáctico y moralizante para dar paso al entretenimiento. Es en los
años 90 cuando se comienza a crear literatura para las edades comprendidas
entre los 0 y los 6 años con carácter lúdico.
Webgrafía
y enlaces de interés
Cuadro de referencia de las
características de los libros según las edades y el momento evolutivo del niño.
"Luvit- Apuntes de Irune".
Muy bien. Te siguen faltando algunas de las cositas que te comenté.
ResponderEliminar¿Qué me falta más?
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